“El mito sin obra: Blanchot, lo
sagrado impropio y la ruina del sentido”
Mi intervención parte de una
pregunta que atraviesa tanto la historia de la filosofía como la de la
literatura: ¿qué puede aún decirse del mito, cuando este ha perdido toda
fuerza fundacional, simbólica o religiosa? ¿Cómo pensar el mito más allá
del relato, de la representación y de la comunidad que lo acoge? En esta
ponencia me propongo explorar esta pregunta a través del pensamiento de Maurice
Blanchot, quien —desde su concepción radical de la escritura— introduce una
torsión profunda en el vínculo entre mito, tiempo e historia. Esto
revela una dimensión impersonal, impropia e inacabada del lenguaje. Esta
transformación invalida toda hermenéutica clásica y abre el pensamiento a una
experiencia de lo sagrado como absoluto propio, para lo que mencionaré como
polo crítico a Georges Bataille.
A diferencia de las concepciones tradicionales
—donde el mito aparece como relato simbólico de origen, mediador entre lo
humano y lo divino— Blanchot despoja al mito de toda función fundante o
reveladora. Para él, la escritura expone al mito a su ruina estructural,
a su condición espectral y fragmentaria, a su deriva sin origen ni clausura.
El pensamiento de Blanchot se sitúa en una clara ruptura con la
hermenéutica tradicional.
No hay en él una voluntad de lectura que intente descifrar un sentido
oculto, ni de restaurar una verdad perdida. En L’espace littéraire
y especialmente en L’écriture du désastre, Blanchot plantea que la escritura
no dice algo, sino que expone el lenguaje a su imposibilidad
de decir. Es acontecimiento, no mediación; pasividad,
no expresión.
Desde esta perspectiva, el mito ya no
puede ser objeto de interpretación. No hay en él profundidad simbólica
que la escritura deba revelar, ni recuperar. En cambio, lo que se manifiesta es
su degradación estructural: el mito aparece como resto, fragmento,
resonancia sin figura. Su figura es espectral, por ser
una reverberación sin origen convirtiéndose en una estructura fragmentaria sin
figura, una presencia sin forma y una repetición sin modelo.








